Unos minutos de desconexión al día como rutina también son necesarios, unos minutos para ti. Sácalos de donde sea, de un té caliente, de una cola de espera, de un rayico de sol.
¡Para unos instantes!
Hazlo por ti, no por la rutina, no por obligarnos a romper con la prisa… Sino para reconectar con este instante que se nos olvida vivir.